Close

EL PLACER Y LA FELICIDAD

Escribimos mucho sobre salud mental sin entrar de una manera seria y reflexiva sobre lo que realmente está pasando. Vivimos en un sistema capitalista, del que soy un gran defensor, pero que si no se maneja del modo adecuado lleva a una espiral de consumo desaforada.
El consumo no solo es del medio ambiente, que también, es de nuestro tiempo, nuestras relaciones, nuestra imagen o conocimiento que mostramos en redes sociales, nuestra calidad de vida y sobre todo de la perpetua sensación de insatisfacción de que nos falta algo. Puesto que esa es la base del capitalismo sentir que necesitamos cosas para que las consumamos y la rueda siga girando.
Esto está causando estragos en los niños y jovenes, sobre todo, que son los más vulnerables. La obsesión por el logro académico y laboral, la necesidad de consumir videojuegos o series, la sensación de necesitar una determinada marca de ropa o de imagen física. LLeva a una pérdida de los valores de juego entre amigos y la sensación de que el tiempo es para disfrutarlo y no aprovecharlo. Se pierde la conexión sana que se alinea con lo biológico y produce sensación de calma, conexión y bienestar.
Todos, yo incluido, estamos inmersos en esta voragine pero creo que un gran antídoto frente a este hacer o consumir es pasar tiempo de calidad unos con otros. La risa es el mayor lubricante de la felicidad.
Vamos a restaurantes, cines, viajes, salones de juego, etc. Y no estamos unos con otros estamos con los otros pero en nuestro espacio aislado, rodeados de gente pero solos. Lo que yo llamo una soledad concurrida.

Esto, sobre todo, afecta a las relaciones personales que se ven afectadas por una libertad que si no tiene estructura acaba terminando en una anomia o falta de normas. Esta es la tesis de Xygmunt Bauman de una sociedad líquida que también llevamos a un amor líquido. Esto es lo que yo llamo el “modelo Ikea! del amor. Compramos algo barato, que no nos supone un gran esfuerzo y sobre todo tenemos una consciencia de que va a ser temporal.

Cuando mi abuela compraba un mueble lo hacía a un valor ato, por ejemplo de caoba, que sabía que con el tiempo se revalorizaba ahora compramos un mueble que con el uso va perdiendo su valor y, sobre todo, si me canso de él puedo reemplazarlo fácilmente.

Esto es lo que ocurre, a menudo, con las relaciones personales que se vuelven rápidas y fugaces pero que no nos dan una sensación de satisfacción. Puesto que tenemos que encontrar rápidamente para poder tener nuestra dosis de placer. que no de felicidad. ,

En la gráfica anterior podemos ver la relación que existe entre la serotonina y la dopamina en la percepción del placer y la felicidad. Ambos neurotransmisores son antagonistas, esto quiere decir que uno anula o inhibe al otro. Así que cuanta mas dopamina y placer rápido  menos serotonina, y menos felicidad. Un déficit de serotonina conduce a la depresión sin remedio.

De ahí la paradoja que las fiestas sin control, el abuso de drogas o el cambio de parejas constante pueda conducir a sensaciones de placer a corto plazo pero a sensaciones de infelicidad a medio plazo. Y esto es extensible a la compra compulsiva, al capitalismo desaforado o a la necesidad de estar siempre ocupados.

La felicidad sólo es real cuando es compartida y va acompañada de un grado de esfuerzo que permita la satisfacción de haberlo logrado por uno mismo, esto que conocemos como autosestima.

 

Defiendo la calidad y la belleza de un paseo por la naturaleza, jugar a las cartas, una conversación amena con la televisión apagada, poder estar en silencio porque no hace falta decir nada… Quizás si recuperamos esto con nuestros hijos, nuestros amigos o nuestra familia estemos dando un pasito a crear un mundo mejor.
Lo otro ya vemos a donde nos está llevando.. Os dejo con un video de Robert Lustig, que explica perfectamente las diferencias entre placer y felicidad, serotonina y dopamina.

 

PERFECTO. EL FORMULARIO SE HA ENVIADO

RECUERDA MIRAR EN TU BUZÓN PARA CONFIRMAR EL CORREO ELECTRÓNICO.

TAMBIÉN EN LAS CARPETAS DE SPAM SI NO LO VIERAS EN LAS PRINCIPALES.